lunes, 24 de noviembre de 2014

LEONARDO FARKAS EL MESENAS DE LOS DEPORTISTAS CHILENOS , UN EJMPLO DE EMPRESARIO

Farkas confiesa: "He donado más de un millón de dólares a deportistas"

Asegura que continuará con sus aportes al deporte chileno y que no exige ni medallas ni números uno a los beneficiarios.

por:  La Segunda
viernes, 21 de noviembre de 2014

"Chile acogió a mis padres judíos"

El cariño que Leonardo Farkas siente por Chile lo explica en pocas palabras. "Yo soy hijo de judíos que llegaron arrancando y Chile los acogió. Si no hubiese sido por eso yo no estaría vivo. Quiero a mi país y es lo menos que puedo hacer.

Tengo tres hijos, dos mujeres y un hombre. En realidad no son muy deportistas y es mi culpa, porque me he puesto flojito. Las dos mujeres son más artistas y tienen a quien salir. Mi hijo es el más deportista de la familia, porque practica fútbol, tenis, y ráquetbol".

Por Cristián Bustos 

Como todo un all star Leonardo Farkas planifica sus llegadas a los eventos a sabiendas de que allí estarán muchos famosos que pueden disputarle cámara, pero él se encarga, con su perfecta sonrisa de porcelana, de sumar adeptos, portadas, abrazos, fotos y videos que se multiplican a medida que camina y la gente se acerca a expresarle su cariño.

Simpático, no niega ninguna fotografía y se detiene todas las veces necesarias. Tiene la certeza de que su lujoso vestuario, zapatos, pulsera y reloj de zafiro con diamantes, probablemente, superan en valor los de varios o de todos los que están allí presentes.

"Mira la chaqueta, es de seda...", comenta la gente, mientras avanza con su pelo rubio ensortijado que mueve con aplomo. De pronto una joven veinteañera se le cruza y le dice: "Gracias por la plata... sin ella no habría podido ir a competir".

El la abraza, se toman fotos, los aplauden. Es evidente que no conoce ni sabe quien es. Se trata de María José Moya, la campeona mundial de patinaje que le cuenta de sus logros. "¡Qué bueno que fuiste campeona, debes estar muy orgullosa!", le responde a esta patinadora que no hace mucho le envió un tuit pidiéndole dinero para financiar un viaje a Rosario, Argentina, donde recientemente fue campeona mundial.

Farkas reconoce que diariamente recibe centenares de peticiones por las redes sociales y por mail . "Tengo ahora una comisión de siete personas que son un filtro y las encargadas de informarme si las ayudas que me solicitan son las más adecuadas, porque las peticiones son miles y es imposible ayudar a todos".

Y las razones que entrega para seleccionar las erogaciones al deporte las explica singularmente: "Yo soy millonario, pero no multimillonario ni billonario, por lo que los dineros que dono deben ser bien usados".

Este mecenas del deporte chileno estuvo anoche en CasaPiedra con motivo del 80° aniversario del Comité Olímpico de Chile, y se codeó con nuestro medallistas olímpicos, lo más granado del deporte nacional y autoridades de Gobierno.

"No busco campeones, busco que la gente cumpla sueños" fue la frase que dijo a "La Segunda" en una extensa entrevista que no daba desde hacía dos años, cuando decidió volver a residir con su familia a Estados Unidos. Hoy se encuentra en Chile por pocas semanas viendo como marchan sus negocios mineros, de los que no habla.

-¿Qué fue lo que despertó en usted ayudar a los deportistas?

-En realidad he ayudado a mucha gente y no sólo a deportistas, también en el mundo de la cultura y a gente pobre... Pero en lo deportivo lo he hecho con aquellos deportistas que quieren representar a Chile. Por ahí empecé cuando un día (2005) dije 'no puede ser que no tengan plata ni para el pasaje si van a ir a representar a mi país'.

-¿Y usted condiciona la ayuda a cambio de resultados?

-Como le decía yo empecé por ese lado. Después muchos se acercaban y me decían no soy el número uno, pero sí el dos o el tres y también quiero competir. Ahí dije no solamente hay que ayudar a los número uno, que es una obligación de los gobiernos, porque lo que yo busco es que la gente cumpla sus sueños. Fue cuando decidí ampliar la esfera y no les exijo medallas ni nada. Esta forma de actuar les ha servido porque se relajan más, no sienten la presión y con eso ganan.

-Sus donaciones no obligan al deportista a llevar su nombre o el de sus empresas, ¿por qué?

-Recién estuve con María José Moya, que me contó que fue campeona mundial y a quien le di $3 millones. Si alguien les exige como empresa que usen poleras con el logo etcétera, a veces se ponen más nerviosos por esas exigencias y no rinden.

González iba a competir por Cuba

-¿En el caso de Tomás González, su donación fue bastante cuantiosa en equipos, qué hizo la diferencia?

-Ese fue un caso distinto. El ha sido un ejemplo para muchos deportistas chilenos. Lo de Tomás me impactó cuando supe que tenía un técnico cubano y que él entrenaba hasta con tres pantalones para no congelarse de frío y tenía unas colchonetas que parecían de asfalto por lo duras. Supe que era tal su abandono que no descartaba la posibilidad de competir por Cuba. Imagínate. Ahí fue cuando dije 'no puede ser' y le entregué mi ayuda para que entrenara en las mejores condiciones, porque tú debes saber que muchos deportistas de países pobres terminan compitiendo por países ricos por la falta de apoyo y medios materiales.

-¿Cómo se gestó lo de Tomás?

-La primera vez que me junté con él supe que se levantaba a las 6:00 de la mañana para entrenar y ducharse con agua fría, con equipos paupérrimos. Es decir, él entrenaba en una citroneta, versus un Rolls Royce de sus rivales. Vi que había mucha politiquería y que él no sacaría nada en limpio para su carrera. Fue cuando tomé la decisión de comprarle el equipamiento.

"No voy anotando lo que dono"

-¿Tiene una estimación de cuánto es lo que ha contribuido con los deportistas?

-No, porque no lo voy anotando... pero sí que es una cifra importante. Y no solamente ayudo en Chile, sino también en otros lados. Pero, mayormente aquí. También he contribuido a la construcción de canchas de tenis y de fútbol con pasto sintético en el norte. He hecho varias actividades con Nicholson (sic) -se refiere a Harold Mayne Nicholls-, quien fue presidente del fútbol y tiene una fundación, donde hemos enseñado a los niños fútbol, arbitraje, y les hemos entregado vestuario deportivo, etc., que también cuestan platita.

-Le insisto, usted es ordenado en sus finanzas, tiene que tener una estimación de lo que ha donado al deporte...

-Más de un millón de dólares, en realidad, más de un millón y medio. Fíjate que una vez me invitaron a Isla de Pascua a un sudamericano de canotaje y cuando llegué vi el estado en que estaban las embarcaciones... compré todas nuevas y eso no estaba considerado.

-¿Con más Farkas aquí, cuál sería la realidad del deporte en Chile?

-No sé, la gente siempre dice que seríamos campeones del mundo. Yo no creo que tanto, pero sí que estaríamos mejor que ahora. Cuando yo tenía 13 años fui a un torneo al extranjero y los team venían con entrenador, masajista, quiropráctico, nutricionista, etc., que para nosotros era totalmente desconocido.

-Eso lo impactó mucho...

-Claro que sí, y yo pensaba 'si algún día tengo los recursos los voy ayudar'. Es como cuando uno se saca la lotería y dice le voy a comprar una casa a la abuelita. Mi familia tenía medios, no éramos pobres. Llegué a estar en serie de Honor en el tenis a los 14 años. Veía que los chilenos llegábamos solos y que teníamos que estar comiendo en los McDonald's y viajando en Metro, en vez de estar concentrados y entrenando.

-¿ Por qué no siguió en el tenis si tenía condiciones y más recursos que otros?

-Porque a los 14 años, estando en Honor, también me dediqué a la música y tocaba en las fiestas, acuérdate de que había toque de queda y no podíamos salir a la calle hasta las 6:00 de la madrugada. Teníamos una orquesta para matrimonios y después tenía que estar en un torneo de tenis a las 8:00 horas, así se fue haciendo cada vez más imposible que pudiera conciliar ambas actividades.

-¿Hablaría con sus pares empresarios para que fueran más generosos o definitivamente es obligación de los gobiernos ayudar al deporte?

-He alegado cien mil veces que la Ley de Donaciones está mal hecha. Yo tributo un 40% de lo que gano y le puedo donar al que quiera. Ha habido unas pequeñas reformas. Una empresa o empresario no puede porque es un gasto rechazado y además quien recibe debería pagar un 25% de impuesto a la donación. El Gobierno se ha hecho un poco el leso para que la gente no salga a criticar. De los $80 millones que le doné a Tomás González, en estricto rigor, debió haber pagado un 25%, pero él no recibió efectivo, sino equipos, y yo dije vengan a cobrarle, pero vamos a salir todos a la calle, sólo que a mí me costó un 40% más.

-Es mal negocio entonces donar a los deportistas...

-Si una empresa le hubiese dado esos equipos a Tomás, habría tenido un gasto rechazado de un 35%, porque él no es una institución, entonces está todo mal hecho. Las empresas no pueden donar a menos que tengan utilidad, lo que es ridículo.


Fuente:

Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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